CIUDAD DE MÉXICO.- Aun cuando el 63.4% de los mexicanos señaló que durante el confinamiento algún miembro del hogar tuvo una disminución en su ingresos económicos, el consumo de pan y tortilla resistió e incluso creció en 0.3% en 2020 su aportación al PIB nacional respecto al año anterior para quedar en 13 mil 500 millones de dólares su aportación a dicho indicador.
De acuerdo con un estudio consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), en México las personas han tenido cautela en sus finanzas e incluso dejaron atrás lo que consideran gastos superfluos; sin embargo y aún con las modificaciones en sus hábitos, el consumo de pan y tortilla se ha mantenido como esencial.
Cabe destacar que la industria de la panificación comprende las empresas que se dedican a la producción, venta al por mayor y al por menor de productos horneados que comprenden panes, tortas, pasteles, galletas, crackers y tortillas. En el país, la ingesta per cápita anual de los derivados de harina en pan blanco y dulce es de 33 kilos, según la Cámara Nacional de la Industria Panificadora.
Sin embargo, la Organización Panamericana de la Salud advierte que los panes industrializados, tanto dulces como salados, mantienen exceso de todos los nutrientes críticos: grasas totales, grasas saturadas, azúcares y particularmente sodio, el cual puede traer consigo padecimientos cardiovasculares, siendo estos la primera causa de muerte en el país, sin contar el coronavirus.
Para ser más precisos, el 16% de la ingesta diaria per cápita de sodio por parte de los mexicanos se obtiene por el consumo de panes, seguido por las carnes procesadas, que representan el 8 por ciento. En otras palabras, estos productos son los que más contribuyen a que México consuma 1,150 mg más de sodio que los 2,000 mg diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta tendencia se repite a nivel mundial, aunque los porcentajes varían de país en país.
Respecto al fenómeno de la modificación de hábitos alimenticios a nivel global, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte que el aumento en el consumo de productos enlatados, empaquetados y no perecederos se da porque estos se pueden conservar más tiempo en los hogares; sin embargo, el consumo excesivo de de azúcares, grasas saturadas, sodio y calorías que contienen dichos alimentos ultraprocesados está, paradójicamente en medio de una crisis sanitaria, provocando sobrepeso y obesidad, así como las enfermedades crónicas asociadas a estas condiciones.
Bimbo, el líder global
De acuerdo con Forbes, Bimbo, la panificadora más grande del mundo, registró, durante el primer trimestre del 2020, un incremento de 7% en sus ventas por consumo de pan dulce, tortillas y galletas en distintas regiones del mundo, frente al mismo periodo del año anterior, lo que equivale a 74 mil 404 millones de pesos, donde el mejor desempeño se ubica en Norteamérica y México con crecimientos de 9.8% y 6.2% respectivamente.
La empresa mexicana también reportó un crecimiento en su EBITDA (utilidad antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, por sus siglas en inglés), la cual incrementó en 11.4%, alcanzando los 8 mil 899 millones de pesos.
El grupo se vio favorecido por un mayor volumen en ventas de pan, bollería, botanas, tortillas, pan dulce y galletas en Norteamérica, de acuerdo con un reporte enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
En México, las ventas crecieron 6.2%, mientras que en Estados Unidos y Canadá alcanzaron un 9.8%, gracias al beneficio del tipo de cambio y un buen desempeño en el volumen.
AM.MX/fm
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