CIUDAD DE MÉXICO.- La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) señala que a 4 años del mandato histórico de más de 33 millones de mexicanos que marcaron rumbo al destino nacional en una dirección a favor de la modernización del país y en contra de la corrupción y la impunidad México, hoy nos encontramos en una curva de plena incertidumbre, sin lograr encontrar las vías de desarrollo que la población exige y demanda a fin de elevar la calidad de vida de sus hogares.
“Hace 4 años el júbilo nacional era tal que llegó a pensarse en que íbamos a poder alcanzar al menos 4% puntos de PIB de crecimiento; la realidad es otra. Este año tendremos 0% de crecimiento. A este periodo de nuestra historia algunos lo llaman como la década perdida, nos ha llovido sobre mojado: desastres naturales, pandemias, violencia, pobreza”, mencionó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
La población nacional de 127 millones de mexicanos más 40 millones de connacionales en los Estados Unidos continua coqueteando con la pobreza, como ejemplo en este 2022 habrá más de 2 millones y medio de nuevos pobres, dando una estadística del 70% de la población por debajo de la línea del bienestar, que en su cotidianidad sobreviven en condiciones de inseguridad alimentaria y con una precaria salud pública.
“En la pandemia de Covid tuvimos más de 1 millón de decesos y más de 4 millones de contagios, se perdieron más de 2 millones de empleos, cerraron más de 1 millón de negocios sin recuperarse aún, la informalidad reina y gobierna en nuestra economía: cerca de 35 millones de mexicanos tienen o trabajan en la informalidad muy por encima de los 22 millones que trabajan en la formalidad. El mercado negro opera sin contratiempo alguno; en tanto que el mercado legal se ve obligado a vencer todo tipo de obstáculos regulatorios, fiscales, sanitarios, para lograr instalarse en la oferta nacional”, comentó Rivera.
En los últimos 2 años un factor que ha venido a descontar el ánimo y la productividad del país es la inflación, en este último mes la inflación alimentaria rondó el 12% y la inflación general el 8% con una expectativa al cierre de este año de un 15% de inflación alimentaria y hasta un 10% de inflación general.
Las remesas de nuestros connacionales en el extranjero, por los ingresos petroleros, por las exportaciones y en alguna medida por la actividad turística, nos mantienen en pie pero no nos desarrollan, nos dan aliento, pero no nos modernizan; dirían algunos: sostenerse es un avance y es verdad, es un avance para mantenerse en el mismo lugar.
El erosionado poder adquisitivo de las familias por los costos de la pandemia de Covid sumado ahora al impacto en la inflación deja en claro que los aumentos salariales otorgados han sido triturados por la escalada inflacionaria, las familias han reducido la calidad de su alimentación, han cancelado consumos y algunos 0están encarando el hambre al tener un día de ayuno a la semana y no lograr dar los 3 alimentos diarios.
El entorno de esta compleja situación nacional tampoco es nada halagüeño, ya que el mundo se encuentra en los albores de vivir una gran recesión. Como puede verse, las cosas no están bien adentro ni pintan bien afuera, tiempos grises de vacas flacas, de plena incertidumbre que de no saberlos sortear podrían llegar a oscurecer el futuro nacional.
Este rosario de lastres se tratarán de ocultar debajo de la alfombra sin conseguirlo, su prevalencia es tanta que resultan inocultables, 4 años después esta es la otra historia.